domingo, 4 de mayo de 2014

Guarda tus galletas



En esta ocasión quiero contaros como guardar vuestras galletas y que hacer y que no hacer. Me han contado cientos de veces como hacerlo, pero hasta que no cometes tus propios errores no se me mete en la cabeza.

Lo mejor son las latas, ¿porque?, si os fijáis las típicas galletas de mantequilla danesas las venden en latas y no es para venderlas más cara (que también), sino para protegerlas de los dos grandes enemigos de las galletas: la luz y la humedad.
Luz
Según tengo entendido altera nuestras galletas haciendo que pierda sabor, y como a cualquier otro alimento las deteriora reduciendo la fecha de caducidad, sobretodo si la luz es directa. Si alguien sabe algo más por favor que me corrija o complete.
La humedad
El peor enemigo de las galletas. El porqué es un poco evidente, las galletas tienen menos humedad que la temperatura ambiente y hacen efecto esponja absorbiendo la humedad. Da ese sabor mohoso, así como absorbe cualquier olor ambiental por la presencia de la mantequilla y el huevo.

Sabiendo esto, aún puedes cometer errores. Una fiambrera podría valer, pero mi experiencia me ha demostrado que las latas son mejor, aunque ambas opciones son herméticas, y protegen de la luz, las latas conservan las galletas mucho más tiempo frescas y conservan más el aroma y sabor.

Error que he cometido y que comparto para que no caigáis en ellos:

1. Guardar las galletas junto a unos cupcakes (en mi caso muffis). Una vez escuche "quiero galletas con la masa de los bizcochos y bizcochos con la masa de las galletas", todo era porque las galletas tienden a absorber húmeda y los bizcochos a secarse. Yo lo hice con una galleta glaseada, tenia un delineado negro, y la galleta acabó negra por completo, un autentico desastre (no conservo foto, pero era para hacersela).
2. Guardar galletas de diferentes aromas juntas. Si, la mantequilla de las galletas absorbe los olores del ambiente. Yo guarde llagetas de canela con otras de vainilla y estas últimas cogieron saborcillo especiado.
3. Dejar las galletas es un tartero con pompa de cristal encima de la encimera de la cocina. El resultado fue unas galletas que sabían a todo menos a galleas, perdió el crujiente por la luz que recibía, la humedad y el calor de la cocina.

Espero os sirvan mis experiencias y si habéis sufrido desastres guardando vuestras galletas y queréis compartirlo o simple mente queréis corregir o sugerir cualquier comentario os lo agradezco de antemano.

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