¿Qué podía hacer? ¿cambio las mañanas por tardes? Esto último lo intente... que iluso, nadie quería, con lo cual me asuste más.
Cuando llegó el día, me arme de valor para afrontar el peor turno de mañana que pudiera haber y unas cuantas galletas bajo del brazo.
Al principio estas galletas iban glaseadas con estencil sobre fondant, pero la humedad ambiental lo impidió, así que plan B: fondant texturizado con el stencil y pintado con colorante en polvo y dorado. No son las mejores pero me alegraron la mañana de trabajo, a mi y mis compañeros. Espero haberos aportado alguna idea para decorar vuestras galletas.
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